Los mensajes anónimos son misteriosos. Siempre quieres adivinar quién escribió la carta sin firmar, ¿por qué decidió permanecer en el anonimato? Esto se puede hacer de varias maneras.
Instrucciones
Paso 1
Si no puede entender quién escribe, lea la carta con atención. A veces sucede que una persona simplemente se olvida de indicar su nombre o, al no hacerlo deliberadamente, por tener miedo de firmar el mensaje, todavía deja una pista para el destinatario. Puede ser alguna frase que él usa a menudo en la vida, un indicio de algo que solo ustedes dos conocen. Trate de encontrar algo en el texto que lo acerque más a la respuesta.
Paso 2
Cuando sepa la dirección de correo electrónico de una persona, puede intentar averiguar quién le está escribiendo usándola. Muchas redes sociales brindan una búsqueda de personas por direcciones de correo electrónico; úsela. No te olvides de los buscadores, en ocasiones ayudan a encontrar información de este tipo.
Paso 3
Piense en cuáles eran los objetivos del remitente cuando escribió el mensaje sin firmar. De acuerdo, los amigos, por regla general, no necesitan esto, pero para los extraños, incluso más. Hay ocasiones en las que una persona elige el papel de anónimo para comunicar algo que ha aprendido de una forma no del todo honesta, o cuando teme que su mensaje defraude al destinatario.
Paso 4
A los amantes les gustan mucho los mensajes anónimos. Es difícil para ellos confesar sus sentimientos, intentan indagar sobre el objeto de su pasión, incluso enviando mensajes de texto con él. Eche un vistazo más de cerca a lo que le rodea: tal vez haya Romeos desafortunado entre sus conocidos. Por cierto, el anonimato es del gusto no solo de Romeo, sino también de Otelo. Entonces, si recientemente rompió con su pareja, tiene sentido sospechar que él es el autor de las cartas.
Paso 5
Si no puede entender quién es el autor de la carta, pregúntele él mismo (si, por supuesto, dejó los datos de contacto). En el caso de que sea imposible hacer esto, solo tiene que confiar en su propia intuición. Conviértete en detective. Solo por un par de minutos. Si no sabe quién escribió el mensaje, al menos haga que su cerebro funcione: el entrenamiento nunca le hará daño.